miércoles, 22 de diciembre de 2010

La vigilia.

Nada conmovió mis ojos sino el manantial que brotaba.


Cuando pude verte en sueños esa noche, fue claro que serías como el día, porque de día el corazón es bullicioso.
El elefante que ayer soñó en indostán se liberó de sus cadenas.
¿ Quién tendría la fuerza necesaria para retenerle?

Tu Amor ha sembrado insomnio en todas partes.
Tu cabello hace la noche semejante al alba.
El pintor de la eternidad traza una imagen por doquier:
mi corazón se pacifica, la imagen es Tabriz.

¿ Sabes lo que es la noche? Escucha, tú que eres sabio:
es lo que separa a los enamorados de todos los demás.
Sobre todo esta noche, pues la luna está en mi casa,
estoy ebrio, la luna enamorada y la noche loca.

Si deseas la eternidad y la victoria, no te duermas,
si deseas que el Amor arda en las flamas del Amigo, no te duermas.
Tú, que revelas mi estrella y mi destino, no te duermas.
Tú, esplendor de la primavera y el rosedal, no te duermas.
Tú, el de los ojos ebrios y crueles, no te duermas.
Esta noche es la noche del arrebato, pon atención, no te duermas.

Tú, semejante a la luna, como ella, no te duermas.
Como la rueda celeste que gira y gira, no te duermas.

Nuestra vigilia es una antorcha que ilumina al mundo:
porta en tu mano la antorcha una sola noche, no te duermas.

Ah, tu corazón, durante dos o tres días, no te duermas antes del alba.
Como la luna apartada del sol, no te duermas.
Hundido como el cubo en la oscuridad del pozo
tal vez alcances el brocal: no te duermas.

Da limosna a este esclavo insomne,
da limosna a este sediento sin agua,
da limosna, porque el que no da
empobrece en mérito ante Dios.

Rumi.

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