viernes, 15 de julio de 2011

Jadna y la libélula.








- Hoy, la luna está casi llena, pero en esta ocasión me llama con mucha insistencia, como una enamorada a su enamorado...llamando al encuentro.

- Jadna, oye, tengo algo que contarte, relaja tus párpados, respira de tu ser, siente en tu corazón, un recuerdo, un recuerdo de unos enamorados. Su historia de un Amor juvenil, de un pasado reciente, cuando aun los bosques eran lugares encantados, y los cuentos eran las fábulas antes de dormir.

Así, en ese semi-dormir en el que Jadna entra en alfa, dejando se caer como una caricia suave, un momento de fluir.

Esta vez, una fuerte inspiración la guia, sabe que es dentro de su ser, algo muy cercano a su corazón, con confianza, con Amor, sanando en las pequeñas formas que se dibujan en la pantalla de su mente ,y sabiendo la gratitud que su Alma siente por el regalo presente.

- Jadna, respira, le susurra la dulce voz que la inspira.

Una suave voz narra la historia .

-Jadna, siente dentro de sí , un torrencial de emociones que desbordan fuertemente , con una fuerza tan grande, tan llena de Amor, que se deja cautivar por la insistente melodía de la voz que la guia en su hipnótico sonido. Oye como el canto de unos grillos mientras su mirada se posa en esta luna brillante y creciente.


En un jardín, donde todas las flores estaban abiertas y en primavera;

Una libélula correteaba de flor en flor, sus alas graciosas eran veloces al saltar de una a otra dirección. Se paró por un instante, como queriendo ver las imágenes de este escenario curioso.

Sobre una pequeña margarita, se posó a observar;



La libélula, sobre el néctar de la margarita, y allí, como esperando un gran acontecimiento, y, a lo lejos se oyó la alegre risa de una jovencita que se acercaba al lugar. Todos los insectos en ese momento pararon su sinfonía de cantos naturales llamando la atención de unos pequeños pájaros que volaban cerca del lugar.

La jovencita tenía una larga melena pelirroja, sus ojos eran de un azul mar, su piel era de un blanco almendra con sombras de coral. No lejos de ella, apareció un jovencito de aspecto agraciado que no dejaba de mirar a su enamorada como si de una diosa se tratara.

El muchacho, no alcanzaba a los 15 años, sus cabellos eran de un negro brillante y su mirada era profunda. Cerca de ellos, corría un arroyo de aguas cristalinas, que fluían en un curso marcando la dirección que la naturaleza les había trazado, y así, sin resistencias, los dos enamorados se acercaron al pequeño espacio entre las flores y el dulce cielo que los acompañaba.

Mientras los dos jovencitos disfrutaban de su encuentro amoroso, donde una dulce mirada hablaba en un idioma silencioso, donde la fuerza de sus ojos, eran las ventanas de sus Almas, ninguna palabra para todo lo dicho.

La libélula los observaba atentamente y, elevándose de la margarita donde descansaba, alzo el vuelo agitando sus alas en dirección de los enamorados. La libélula podía sentir la buena vibración de la pareja que cariñosa, e inocentemente ,se exploraban en tiernas caricias recién aprendidas.

La libélula se posó en el cabello de él, que en ese instante brillaba en una luz de pequeñas estrellas titileantes.

El escenario cambio totalmente el decorado, incluso los cuerpos de los enamorados, ahora, por la de unos niños pequeños que alegremente jugaban a juegos infantiles y canciones alegres , donde el niño siulaba con cierta gracia, entonando de sus labios, sonidos conocidos, pero como recien acaba de descubrir algo importante.

Todo era distinto, pero había algo que no cambió, y es la mirada profunda de quienes en sus Almas se conocen, sus miradas hablaban el lenguaje ya aprendido de silencios compartidos.

Ella lo miraba, lo miraba toda fascinada, y mientras los juegos llegaban a su hora de dormir, pasó por la habitación de los niños una pequeña libélula azul, que fue a posarse sobre la cabeza de la niña, que entre risas, se fueron acucurrando en un abrazo tierno e inocente. La niña cogida a la nuez del niño, dibujaba pequeños círculos, el cogido al pelo de su niña, acariciaba cada uno de sus cabellos dejándolo en un sueño profundo, tranquilo, mientras la niña no dejaba de mirar a su pequeño enamorado. Mientras disfrutaba de ese pequeño momento profundo de Amor.

La libélula se posó sobre la ventana de la habitación infantil, justo en el momento que una luna inmensa, parecía querer colarse por el hueco de la pequeña obertura por la que la libélula se coló en la que parecía hablar con su amiga la luna.

Otro escenario, otro viaje donde Jadna, era totalmente irreconocible, aun así, hay cosas que quedan como impregnadas de la esencia autentica simple , sencilla.

Un Amor, Amor corriente, el Amor sin forma, amorfo, el Amor que guarda el archivo de tu disco duro, como un gran ordenador, abriendo carpetas de memorias de los instantes verdaderos vividos por Jadna.

Veo una pequeña libélula que se posa en mi jardín, es una belleza de libélula por sus colores alegres , brillantes.

Mi vieja amiga la luna, me devuelve al momento presente;

en el que todo es como es,
aunque no todo es lo que parece.

Próximos viajes de Jadna.....sigue la luna brillando en mí.

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